Jade
El Jade, conocido científicamente como Crassula ovata, es una planta suculenta originaria de Sudáfrica y Mozambique. Su apariencia única y su reputación de atraer la buena fortuna la convierten en una opción popular para el hogar y la oficina.
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Cuidados del Jade:
Luz:
El Jade prefiere luz brillante y directa. Colócalo cerca de una ventana soleada para que reciba al menos 4 horas de luz al día. Evita la exposición directa al sol intenso durante las horas más calurosas del día.
Agua:
El Jade es una suculenta que almacena agua en sus hojas y tallos. Permite que el sustrato se seque completamente antes de regar nuevamente. Evita el exceso de riego, ya que puede causar pudrición de raíces. En invierno, reduce la frecuencia de riego.
Sustrato:
Utiliza un sustrato bien drenado específico para suculentas o mezcla tierra para macetas con arena o perlita para mejorar el drenaje. Asegúrate de que la maceta tenga agujeros de drenaje.
Temperatura:
El Jade prefiere temperaturas cálidas entre 18°C y 24°C (64°F a 75°F). Protege la planta de corrientes de aire frío y evita exposiciones prolongadas a temperaturas extremas.
Humedad:
El Jade es resistente y puede tolerar niveles bajos de humedad. No requiere una humedad ambiental alta. Rocía agua ocasionalmente sobre las hojas para aumentar la humedad si el ambiente es muy seco.
Toxicidad:
¡Buena noticia para los dueños de mascotas! El Jade no es tóxico para perros, gatos u otros animales domésticos. Aun así, evita que mastiquen las hojas para evitar problemas digestivos.
Adicional:
El Jade es una planta de crecimiento lento y puede vivir durante décadas si recibe los cuidados adecuados. Es considerada un símbolo de longevidad y sabiduría en algunas culturas.
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Problemas comunes:
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Hojas arrugadas o caídas: Las hojas arrugadas o caídas en la planta Jade pueden ser indicativas de riego insuficiente. Asegúrate de regarla adecuadamente, permitiendo que el sustrato se seque entre riegos.
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Podredumbre de raíces: El exceso de riego puede provocar la pudrición de las raíces en la planta Jade. Es importante utilizar un sustrato bien drenado y evitar el encharcamiento. Asegúrate de permitir que el sustrato se seque antes de volver a regar.
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Hojas amarillentas: Las hojas amarillentas en la planta Jade pueden ser un signo de riego excesivo o falta de luz. Asegúrate de proporcionarle un riego equilibrado y colocarla en un lugar con luz brillante indirecta.
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Crecimiento débil: Un crecimiento débil en la planta Jade puede ser causado por la falta de luz o la falta de nutrientes. Asegúrate de ubicarla en un lugar con suficiente luz y de fertilizarla ocasionalmente con un fertilizante equilibrado.
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Sensibilidad a temperaturas extremas: La planta Jade es sensible a las temperaturas extremas, especialmente al frío. Protege la planta durante los meses más fríos y evita exponerla a corrientes de aire frío.
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