La Monstera

Las Monsteras son plantas únicas y fáciles de tratar cuyas hojas, una vez han crecido, son características por sus agujeros. Originaria de la selva tropical de México y el norte de Argentina, les gusta suvbir a lo largo de una estaca o enrejado.

Les encanta la luz brillante e indirecta, pero también serán felices bajo luces más tenues. Los Monsteras son escaladores, así que a medida que crezcan, querrán salir. Estas impresionantes plantas también son tolerantes con el riego ocasional, por lo que son ideales para los padres de plantas inexpertos. Las hendiduras y agujeros en las hojas de Monstera se llaman fenestraciones.

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Cómo cuidar tu Monstera

Usa estas instrucciones para cuidar de un Monstera. Esta guía le dirá cómo regar una Monstera; su luz, temperatura, preferencias de humedad y cualquier cuidado adicional que pueda necesitar para ayudarle a crecer.

Tu Monstera puede crecer en cualquier lugar. Tolera la poca luz, pero crece más rápido y se vuelve más frondosa en un punto brillante, siempre evitando la luz solar fuerte y directa porque puede quemar las hojas.

Será conveniente realizar el riego cuando la planta esté casi seca, es decir, cuando un 75% del suelo aproximadamente esté seco. Agua hasta que el líquido fluya a través de los agujeros de drenaje de la maceta y asegúrate que no queden encharcamientos.

Esta planta prosperará en casi cualquier ambiente, eso sí, agradecerá pulverizaciones una vez a la semana. Lo mejor es rociarla por la mañana para que el agua tenga mucho tiempo para evaporarse antes de la noche.

Las temperaturas ambiente normales entre 15°c-25°c son ideales para tu Monstera. No tolerará temperaturas inferiores a 10°c o caídas repentinas de la temperatura. Evite corrientes de aire frías y flujo de aire directo de calentadores en los meses de invierno.

Para obtener mejores resultados, se puede fertilizar una vez al mes durante la primavera y el verano. Enriquecer la tierra fomentará el crecimiento y la salud de las raíces. No es necesario ningún fertilizante durante el invierno, es importante darle a tu Monstera la oportunidad de descansar durante la época más fría del año.

Las hojas de la Monstera son ligeramente tóxicas para mascotas y humanos. Por lo general, la ingestión puede causar irritación de la boca, el estómago y posibles vómitos.

 

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Problemas comunes para su Monstera

 

Las hojas de tu Monstera podrían estar volviéndose amarillas por varias razones. ¡Investiguemos y lleguemos al fondo de esto!

• Humedad

La causa más común de las hojas amarillentas de la Monsteras es la humedad inadecuada del suelo, en particular, el exceso de agua. Sólo regar tu Monstera cuando notes que se está secando. El suelo debe permanecer húmedo, pero nunca encharcado. En invierno, se puede permitir que se seque un poco más entre riegos.

Cuando riegues, asegúrate de proporcionar suficiente agua para que el líquido fluya por los  agujeros de drenaje en la parte inferior de la maceta. Es extremadamente importante descartar cualquier exceso de agua, ya que tu Monstera no responderá bien a los "pies mojados", lo que hace que las raíces se pudran y la eventual muerte de la planta.

Proporcionar una humedad adecuada y consistente del suelo es importante en el cuidado de una Monstera. Alternar entre el suelo seco y húmedo con riegos inoportunos puede crear estrés y hacer que tu Monstera se apague.

• Luz inadecuada

Generalmente la Monstera prosperará cuando se coloca bajo la luz solar indirecta brillante. Cuando se expone a la luz solar directa durante demasiado tiempo, el follaje se quemará. Aún cuando puede adaptarse a espacios con poca luz su crecimiento se desacelerará. Muy poca luz puede resultar en hojas amarillentas. Toma nota de la luz que tu Monstera está recibiendo y muévela de ser necesario.

• Plagas

Cuando la Monstera está debilitada o estresada se vuelve más susceptible a las infestaciones de insectos. Los insectos chupadores de savia como los ácaros araña pueden quitar de la planta la humedad. Este problema se manifiesta rápidamente por el tono amarillo del follaje. La báscula, los chinches y los ácaros araña ocurren con frecuencia en condiciones interiores. Si no se matan a tiempo, estas pequeñas plagas proliferan y se mueven a lo largo de la planta. Los insectos apagarán a la planta acelerando el tono amarillo, especialmente si tu Monstera ya no es saludable por la mala iluminación, una deficiencia de nutrientes o humedad inadecuada del suelo.

• Algunos amarillentos son naturales

¿Tu Monstera está teniendo un nuevo crecimiento? Si hay un nuevo crecimiento en la planta y las hojas amarillentas son más viejas, este tono amarillo es natural. La planta arroja a sus hojas viejas y envía energía a las nuevas.

Puede ser alarmante notar una hoja amarilla cayendo repentinamente. Si tu planta se veía muy bien ayer, pero hoy se ve triste y apagada, ¡no te alarmes! Esto es bastante normal. A continuaciones algunas causantes:

Suelo muy seco

Si accidentalmente dejas que el suelo de tu monstera se seque por completo, es posible que veas que las hojas se marchitan, caen y posiblemente comienzan a arrugarse y dorarse. Si el suelo está extremadamente seco es conveniente colocarla en remojo intensivo.

A continuación, te indicamos cómo remojar la monstera:

• Coloca tu planta en un fregadero o bañera. Llénelo con aproximadamente 3/4 de agua. ¡Siempre asegúrate de que el agua no esté caliente!
• Deja que tu planta absorba agua a través del agujero de drenaje en la parte inferior de la maceta durante al menos 45 minutos.
• Asegúrate de que el agua ha alcanzado la mitad de la maceta.
• Si no todo el suelo se siente mojado, riega ligeramente la planta desde la parte superior de la maceta para ayudar a acelerar la saturación.
• Cuando el suelo de la planta esté uniformemente húmedo, escurre en el fregadero/bañera y deja que la planta descanse mientras drena bien. Una vez haya escurrido, colócala de nuevo en su lugar adecuado.

No hay suficiente humedad

Tu Monstera es una planta tropical, por lo que prosperará en ambientes más húmedos. Aumenta la humedad alrededor de la planta de forma regular, usando un envase con agua y piedras cerca, colocando un humidificador o pulverizándola.